Turzo

Un tesoro escondido en el corazón de Burgos

En el corazón del Valle de Sedano, rodeado de montañas y naturaleza, se encuentra Turzo, un pequeño pueblo que combina tradición, historia y la tranquilidad del entorno rural. Con apenas 18 habitantes, este rincón es una joya para quienes buscan conectar con la esencia auténtica de Castilla y León.

La Iglesia de San Martín de Tours: un legado románico

El corazón histórico de Turzo late en su iglesia parroquial, dedicada a San Martín de Tours. Construida a principios del siglo XIII, su portada románica con arquivoltas de arco apuntado y su imponente espadaña son testimonio de la riqueza arquitectónica del pasado. El interior, con retablos detallados y una atmósfera solemne, invita a la contemplación y el descubrimiento de siglos de devoción.

Velas de Turzo: el arte de la luz

Uno de los mayores atractivos de Turzo es su tradición artesanal en la creación de velas. Las Velas de Turzo no son solo objetos funcionales, sino piezas únicas hechas con cera natural y técnicas tradicionales que han pasado de generación en generación.

Estas velas, símbolo de espiritualidad y cuidado artesanal, han hecho famoso al pueblo, atrayendo a visitantes en busca de un recuerdo auténtico y especial.

Naturaleza y serenidad

Turzo no solo es un destino para amantes de la historia y las tradiciones; también es un paraíso para quienes buscan disfrutar de la tranquilidad que ofrecen sus paisajes.

Caminar entre sus montañas, respirar el aire puro y desconectar del ritmo frenético de la vida moderna son experiencias que hacen de este lugar un destino inolvidable.

Acceso sencillo y autenticidad rural

Ubicado a pocos kilómetros de los principales puntos de interés del Valle de Sedano, Turzo es accesible y perfecto para una escapada de día o un fin de semana. Aquí encontrarás la oportunidad de descubrir un Burgos diferente, lleno de alma y autenticidad.

Ven a Turzo y déjate cautivar por la magia de sus velas, su historia y su entorno natural. Un lugar donde el tiempo parece detenerse y la tradición brilla con luz propia.